El Hip Hop
apareció en el Bronx del 70, en una zona habitada por familias afro americanas
y de inmigrantes latinos, que compartían los problemas sociales de la década
del 70. Las situaciones sociopolíticas emergentes y la exclusión generalizada.
Las
primeras muestras de la existencia del Hip Hop en Medellín, se hallan a
principios de la década del 80, cuando una pareja de hermanos, reconocidos como
los “Constantinos” provenientes del Bronx, se instalaron en la zona centro
occidental de la ciudad, a ellos se atribuye la llegada de los primeros pasos
de la danza Hip Hop, videos y atuendos propios del baile, que para ese momento
se difundían por todo el mundo.
En el
segundo parque de Laureles se empezaron a realizar pequeños encuentros de B
boys donde los hermanos Constantinos enseñaron algunos de los pasos a quienes
más tarde se convertirían en destacados artistas, entre ellos, Fast, quizás el
más reconocido, como uno de los principales pioneros de este género en la ciudad.
Mientras tanto, en sectores de Itagüí agrupaciones como Krush Crew, luego
Sociedad Corrupta y City Poose, en el Estadio, Manrique y la Milagrosa sugieran
agrupaciones como Fenix Break, Pies Cruzados, Juan Ob, Spad, Dj Kingo, Wizar,
Quintana y el Mocho.
Muchos
jóvenes dejaron de bailar y otros se replegaron en sus barrios sin dejar de
practicar, para posteriormente tomarse los espacios públicos de la ciudad,
organizar fiestas y encuentros de Break, crear los grupos de la década del 90,
de los cuales muchos persisten y generaron las condiciones para que se
establecieran luego de veinte años de Hip Hop en la ciudad, las primeras
escuelas en varias de las comunas. Para muchos sin duda, la gran propuesta que
tiene hoy el Hip Hop para reflexionar y formar las bases en quienes tendrán la
misión de recrearlo y mantenerlo.
El Bboying,
el graffiti y luego el Rap en Medellín sirvieron a sus practicantes como el
único medio para protegerse y manifestarse frente a la violencia que envolvió
la ciudad, cuando miles de jóvenes, en su mayoría hombres, fueron asesinados en
los barrios populares y otros se incorporaron al mundo del narcotráfico como
instrumentos de guerra. Al ritmo de baile, Rap y grafitti cientos de jóvenes
sentaron una posición a través de una práctica artística que se constituyo en
un canal de expresión y en una plataforma para experiencias organizativas,
educativas y socioculturales.
En la
carrera 48 con calle 54, en el emblemático teatro Lido, en 1984 se realizaría
la premier de Beat Street y junto a su proyección, la presentación del grupo
Neoyorquino Magnificente Force. Sería la primera circulación a gran escala en
Medellín de lo que los publicistas denominaron Break Dance, pero que en
realidad ha sido llamado desde sus orígenes B boy. Junto a Beat Street,
Brookings, Wild Style, Electric Bógalo y Flash Dance se encargarían de difundir
el arte de Bboying y desatar una fiebre mundial.
Para
entonces, los jóvenes y aquellos seducidos por los bailes que llegaban en las
películas norteamericanas habían entrado en la onda disco dance e imitaban los
pasos de John Travolta en la película Fiebre de Sábado por la Noche. De hecho,
esta película inspiraría un programa de la televisión nacional, que sería uno
de los grandes difusores del Bboying , Disco presentado por Alfonso Lizarazo,
el famoso conductor de de Sábados Felices, quien al ver Flash Dance, se le
ocurriría la idea de hacer un concurso de baile con el mismo concepto.
Se
pondrían de moda entonces las pañoletas amarradas en piernas, brazos y cabeza,
Nike, sus tenis y sus busos tipo chompa, los pantalones militares camuflados,
los tenis Converse y Adidas. Breaking y sus estrellas Shabba doo y Boogalo Sham
habían impactado con sus movimientos y coreografias, Beat Street con las
miradas retadoras y batallas de Rocksteady, Crew y New York City Breakers.
Para el
final de la década del 80, sobresalen las primeras fiestas Hip Hop en la
ciudad, las cuales eran intentos por unir la cultura y generar espacios propios
para quienes gustaban del rap, el break y el graffiti. La primera de ellas tuvo
un costo de $500 el ingreso y seria la idea inicial de lo que en los noventas
se convertiría en uno de los lugares céntricos y vitales para la cultura Hip
Hop en la ciudad, Thai Hip Hop Place.
Espacios
abiertos como Belen, también fueron utilizados para organizar fiestas, todos
llegaban y todos cooperaban, llevaban equipos para montajes improvisados, con
grabadoras de doble casette, Dj Kingo lograba las primeras mezclas, al tiempo
que se bailaba break y se cantaba rap.
En la
década de los 90, el Hip Hop en Medellín se caracterizo por haber conquistado
espacios, que eran difíciles de habitar y que resultaban estratégicos para
lograr el fortalecimiento de una propuesta artística naciente, se puede nombrar
este periodo de los noventa como la instauración, ya que se crearon suficientes
grupos, como para crear una escena, muchos de ellos aun existen, son los grupos
de la segunda generación, pues los de la primera, desaparecieron finalizando
los 80, se fusionaron, cambiaron su nombre o sus integrantes crearon nuevos
colectivos y otros se convirtieron en solistas.
grupo urbano fuerte apache en una visita a los barrios norteamericanos en tiempos de un concurso de canto improvisado y break dance.
típico ejemplo de vestimenta de la subcultura hopper.
Por ultimo cabe aclarar que en
cuanto a su manera de vestir, absolutamente todos los integrantes de esta
subcultura urbana dicen que tiene un significado, que no visten solo por
vestir, que un ejemplo claro de su manera de llevar la ropa puede ser cuando
utilizan una de las 2 botas del jean levantadas, afirmando que si la bota
derecha estaba remangada o a media pierna, significaba reto, pelea, sinónimo de
lucha de ganas de salir adelante, y si la que se encontraba doblada era la bota
izquierda era sinónimo de paz. Igualmente dos lideres de los grupos urbanos con
los que fue posible tener contacto, Sebastián Hernández Muñoz y Juan Camilo Álvarez Bermúdez. Afirman con
serenidad que su manera de vestir es ancha para demostrar la libertad que
poseen y el contraste de estilo que marcan, siendo una subcultura libre dentro
de una cultura general estigmatizada por normas.
grupo urbano "break esquema" ubicados en una de las terrazas del noroccidente de Medellin donde realizan sus encuentros.